Konnichiwa Pandas :
Por fin tengo un poquito de tiempo para escribir un informe sobre nuestro viaje. La familia de Robin está tan contenta de tener a dos huéspedes de Panfu, que nos han preparado una agenda de visitas bastante apretada… ¡La verdad es que necesitaba tomarme un respiro!
Pero por lo visto Ella no necesitaba descansar.
Esta mañana mientras desayunábamos, Robin ha propuesto ir de compras a un centro comercial, y Ella se ha puesto tan contenta que los ojos le hacían chiribitas . Yo, en cuanto he oído la palabra “compras”, no he dejado de sorber fideos, me he quedado con la mirada fija en mi plato y he evitado cualquier contacto visual, deseando que me tragase la tierra. Yo creo que han comprendido mi señal, porque se han marchado sin preguntarme. ¡Uf! ¡Menos mal!
Esta mañana mientras desayunábamos, Robin ha propuesto ir de compras a un centro comercial, y Ella se ha puesto tan contenta que los ojos le hacían chiribitas . Yo, en cuanto he oído la palabra “compras”, no he dejado de sorber fideos, me he quedado con la mirada fija en mi plato y he evitado cualquier contacto visual, deseando que me tragase la tierra. Yo creo que han comprendido mi señal, porque se han marchado sin preguntarme. ¡Uf! ¡Menos mal!
Ahora tengo un poco de tiempo para relatar nuestra aventura en el Monte Fuji. Fue maravilloso lo que vivimos Ella y yo. Esto fue lo que pasó: Ascendimos los primeros 2.400 metros con el autobús, ¡y a partir de entonces fue durísimo! Ascendimos por un senderito, y había un montón de niebla. Había tanta niebla que uno no podía ver su propia mano, y mucho menos la cima de la montaña . Pero de repente hubo un momento en que se aclaró el paisaje. Me detuve un momento para sacar mi cámara y poder capturar una fotografía de la montaña sin niebla. Pero en el último momento se volvió a nublar todo ¡Otra vez niebla! Me di la vuelta para seguir al resto, pero a mi alrededor no había más que niebla. Ella, Robby y los demás habían desaparecido sin dejar rastro :¿?¿?¿?: A mí me temblaban las piernas, me puse como un flan. Me puse a gritar tan alto como pude: “E-llaaaaaaa”, pero no hubo respuesta. Entonces me puse a pensar qué hubiera hecho James Bonde en mi situación, y de repente surgió una zarpa de Panda de la niebla y me agarró de mi patita toda sudorosa…
Uy, Robby acaba de entrar en la habitación. Dice: “¡Hola, Panfu! ¡Os mando muchos recuerdos! ”. Mañana os sigo contando cómo terminó la historia de la escalada.
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